Que te aplaudan el mar y la tierra hermosa,
Que las flores pronuncien tu nombre al
respirar y que las praderas no se sientan tan celosas
al ver como en el cielo se goza.
Que levanten las manos los débiles
y afirmen las rodillas que se doblan como
si fueran niñas de 15 abriles, que con honestidad
declaren cuanto te aman.
Que lo digan los reyes y los príncipes
que el verdadero reino es el tuyo,
que todos marchen a tus pies a entregarte el más bello capullo.