lunes, 3 de junio de 2019

Afortunado

Maestro, soy afortunado y estoy muy  por la invitación.
Hoy recorro las mismas calles caminadas por ti.
Ya no es un sueño
es mucho más que eso 
voy pintando tus huellas
ya que somos lo mismo.

Ciudades como Belén y Jerusalén
nos llevan hacia Naim y Jericó
lugares donde brillan tus milagros
como el hijo de Dios.

Miro al cielo y pienso verte,
camino hacia el frente,
a mi lado te siento.
Eres el compañero perfecto.
Me das unos toques
que anuncian tu presencia.
Late mi corazon , como el canto de Zion.
Brota mi sangre como si fuera la danza de David.
En alta voz como lo hizo Pedro
grito lo mucho que te amo.