miércoles, 4 de julio de 2012
Panegerico escrito por Julio Vasquez para leerlo en el velorio de Juan Santos Duarte.
Apreciados y distinguidos familiares, amigos y relacionados una vez más nos reunimos con nuestra comunidad para despedir a uno de los nuestros. Uno bautizado en la fe cristiana como hijo de Dios con el nombre de Santos, uno que se ha ido para preparar nuestra morada ante Dios. Como fieles creyentes sabemos que es solo un cambio, pero cuando pensamos como seres humanos nos agobia dicho traslado, y aunque queramos ocultar cuanto estamos sufriendo. Nos delata ese manto de nostalgia y tristesa.
Santos Duarte, no solo ha sido nuestro pariente consentido, el más respetado y admirado de los 21 hijos de nuestro finado Miguel Duarte, el supo ganarse la confianza y la amistad de cada uno de nosotros, siempre queriendo multiplicarse para darnos un poquito a cada uno.
Fue un hombre que vivió sin malicia, sin reservas y sin limites para las personas que le rodeaban entregandose por completo. El mayimbe era su apodo preferido, pues realmente le gustaba brindar felicidad y para ello debia ingeniarsela y estar siempre rebosado de la misma.
San Agustin nos dijo que la muerte es la mayor bendición para el ser humano, pues la misma nos permite sacarnos de esta materia humana y entramos a la verdad, todo pasa todo se queda. Pero este paso es muy duro y lo ha dejado plasmado el hombre más grande del universo ( JESUS),cuando estuvo llorando a su amigo Lazaro a pesar de que sabia que seria resucitado, y es precisamente el acontecimiento que le da paz a nuestras almas la seguridad que nuestro pariente y amigo va a recusitar, y se va a encontrar en el cielo con una verdad absoluta que le va permitir ver la cara de Dios.
Otra opcion que calma tambien nuestra tristesa es el apoyo de cada uno de ustedes, pue han dejado de ser miembros de nuestra comunidad para convertirse en parte de nuestra gran familia.
Sabes amigo, estamos seguros que en tu paso por la vida ha sido la persona más influyente en nuestras vidas, y en nuestra familia, no hay dia del mundo que no pensemos en tus sabios consejos, en tus actuaciones y en tus anecdotas.
Hoy tu has tenido la dicha de llegar primero que nosotros para preparar lo que será nuestra morada en el cielo, junto a nuestra madre Julia Maria y tu hijo Valentin. De seguro mucha algarabia hoy se disfruta en tu nuevo hogar.
Por lo pronto nosotros continuaremos tratando de salir bien de esta prueba amarga que nos ha causado tu partida, pero con el compromiso que cada dia recordaremos con delicadeza lo que ha sido tu paso por este mundo. En este instante vamos a sellar tu morada no sin antes agradecerte lo especial que siempre fuiste con nosotros. Y a tus hijos decimos que cuando sientan ganas de llorar que nos llamen y con mucho gusto les vamos acompañar.